IU-verdes pide que se revise la "caprichosa, despótica y perjudicial para los intereses públicos" decisión de llevar la estación a Mandarache

Ha presentado una moción en la que expone los factores económicos y los de defensa del interés general, de la intermodalidad, sostenibilidad, calidad medioambiental y derecho de los ciudadanos a decidir el modelo de ciudad que quieren, que hacen inviable el proyecto

IU-Verdes ha pedido hoy que Ayuntamiento revise cuantos actos sean necesarios al objeto de retomar el proyecto de adaptación de la actual estación de Renfe para configurarla como nueva estación de la ciudad en los acuerdos con Adif. Cayetano Jaime, portavoz del Grupo Municipal, ha explicado los factores que hacen mucho más viable el mantenimiento de la actual estación que la precipitada decisión de llevarla a la zona de Mandarache.

El primero es el económico, en el que no tiene ningún sentido que se opte por una inversión de 25 millones frente a otra de apenas tres. El segundo es el de la defensa del interés general y público, cuestionable ya que el Ayuntamiento regalaría la parcela en que se proyecta la estación sin que por parte de Adif haya ningún tipo de correspondencia en la transmisión de la propiedad del actual inmueble de la estación ni de los terrenos ferroviarios adyacentes, y tampoco se ha producido recalificación del suelo para obtener plusvalías que financiaran el proyecto inicial. Asimismo, hay que destacar una cuestión tan importante como es la de por qué el Ayuntamiento tiene que optar por revalorizar suelo privado emplazado junto a la proyectada estación frente al patrimonio de suelo público en manos de la sociedad Casco Antiguo. Del mismo modo es incomprensible que un ayuntamiento que pretende implantar un proyecto denominado Ctracción en el Casco Antiguo para que empresas de componente tecnológico construyan en suelo municipal edificios que combinen actividad productiva y residencial y que ofrece como elemento de ventaja para ello las comunicaciones, en especial la ferroviaria, y su cercanía al centro, ahora quiera sacar la estación de una zona tan cercana al centro histórico y en contra de lo que es habitual en otras ciudades.

La intermodalidad es el tercer factor. En la actualidad las comunicaciones por carretera, ferrocarril y vía estrecha se encuentran focalizadas en una zona que tiene la ventaja de su cercanía al puerto, algo que se vería alterado por el proyecto de llevar la estación a Mandarache. Opción que, como cuarto factor, choca con la sostenibilidad del proyecto ya que paree que el PP parte de la premisa de que el desplazamiento a la futura estación en Mandarache sería a través de transporte privado frente al público y colectivo, que ahora llega por carretera (desde Torre Pacheco, Mazarrón y otras localidades de la Comarca de Cartagena y desde La Manga) o por vía estrecha (Los Nietos y playas adyacentes y La Unión). Sostenibilidad que también se vería afectada por no existir ningún proyecto de comunicación -caso de un tranvía- para unir Mandarache y el nudo de comunicaciones intermodales actual.

En el terreno ambiental (quinto factor), la falta de sostenibilidad, con incremento del transporte privado frente al público, la opción que quiere imponer la alcaldesa, provocaría más contaminación en una ciudad con unos niveles de calidad del aire más que preocupantes en la actualidad. El último factor, pero no menos importante, es el referido a la participación ciudadana ya que solo se puede considerar como perversa una interpretación política que se manifiesta de forma déspota, imponiendo una decisión precipitada, desafortunada y sin demanda social y que niega la participación ciudadana en la conformación de la ciudad y sus servicios. En este sentido, cabe señalar que la particular inquina de la alcaldesa con el presidente de la FAVCAC, al que le ha faltado tiempo en denunciar ante la policía, contrasta con su quietud y pasividad cuando le acusan de mordidas de 600.000 euros y no acude a presentar ningún tipo de denuncia. Por todo ello tan sólo cabe calificar la decisión de trasladar la estación como la política de la imposición y el castigo, del capricho frente al razonamiento y del apoyo al beneficio privado frente al perjuicio público y el interés general.

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