Un año emprendiendo como asesor y florista en Dahlia

Es el primer aniversario de esta floristería que abrió sus puertas el pasado abril al frente de Ricardo San Ruperto, un joven que se convirtió en emprendedor para cumplir su sueño. Las fechas señaladas como el Día de la Madre siguen siendo el plato fuerte de este sector

La flor es ese fiel acompañante que forma parte inevitablemente de los buenos y malos momentos. Y es que cuando uno quiere expresar lo que siente, ya sea pesar, amor o agradecimiento, basta con decirlo a través de una rosa, un clavel o un geranio. De ahí nació el amor que siente Ricardo San Ruperto por este mundo y es que, como este joven confiesa, lo dicen todo. Con esta idea nació Dahlia hace ya justo un año, una floristería que regenta este emprendedor con ilusión y ganas.

Tras estudiar Administración y Finanzas, tenía claro que las flores se cruzarían en su andadura profesional y así ha sido. Con un par de cursos de esta especialidad en sus espaldas y la ayuda de su familia montó este local situado en la calle Antonio Oliver. La Agencia de Desarrollo Local y Empleo le asesoró fiscalmente los 6 primeros meses y le ayudó de forma económica con el cheque emprendedor.

Los comienzos no fueron fáciles para Dahlia como admite su propietario. Aunque, poco a poco, y con optimismo, la floristería comenzó a recibir clientes haciéndose un hueco en este sector. Al no ser un bien de primera necesidad las floristerías sufren aun más si cabe la crisis económica, añade.

El Día de la Madre del año pasado me quedé con la tienda vacía, todos querían llevarse una flor o un ramo casi en el último momento, explica Ricardo San Ruperto. Y es que hay épocas en las que las ventas se cuadriplican como en San Valentín o el Día de Todos los Santos.

A pesar de que es en las fechas señaladas cuando se hace caja, el resto del año también reciben clientela, sobre todo, con motivo de las grandes celebraciones, desde una boda hasta un funeral. Además de florista, soy también asesor, ya que muchas novias vienen completamente perdidas esperando algún que otro consejo, y otras ya tienen en su cabeza lo que quieren, cuenta el propietario de Dahlia.

Las rosas y orquídeas son las más habituales que decoran estos ramos, aunque, como confiesa Ricardo San Ruperto, hay gustos de todo tipo y unas son más sencillas, otras más coloridas y algunas extravagantes. La novia sólo tiene que pedir lo que quiere y nosotros se lo organizamos todo, sea lo que sea, añade.

La margarita, el clavel y la rosa siguen siendo las estrellas de las floristerías como la de Dahlia. Aunque también hay hueco para las más estrambóticas como la planta Dionaea, o apodada popularmente como la carnívora. Y para quienes tengan miedo de matar a sus plantas por sequía o abundancia, siempre tendrán la opción de comprarse la rosa eterna, cuyo tallo ha sido tratado para que perdure toda una vida.

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