El Alzheimer, un tabú para las familias

La psicóloga Sonia Galloso explica las claves para asumir esta enfermedad y cuidar al paciente en el curso de cuidado de personas con Alzheimer y encamadas de la Concejalía de Mujer

Es un trago difícil de digerir cuando a uno le comunican que algún familiar padece Alzheimer. No es fácil asumirlo y adaptarse a los cambios que están por venir, pero todavía aún más que otros descubran que la tienen. Y es que las enfermedades raras siguen siendo un tabú que hay que afrontar en la actualidad.

Lo explica Sonia Galloso, psicóloga especialista en Neuropsicología Clínica de la Asociación del Alzheimer en Cartagena. A lo largo de su experiencia profesional, ha visto cómo a las familias les cuesta admitir la existencia de esta dolencia ante los demás. No les gusta que los demás sepan que mi abuelo o mi padre tienen una enfermedad mental, comenta.

Es lo que les enseña durante este mes a las alumnas del curso de capacitación para el cuidado de personas enfermas de Alzheimer, encamadas o en situación de dependencia, que organiza la Concejalía de Mujer.

Desde el 13 de enero hasta el 7 de febrero, una veintena de mujeres se enseñan a ponerse en el lugar del paciente y superar esos miedos. A la clase acuden tanto las que trabajan con este tipo de enfermos como las que sufren con algún ser querido la agonía de esta situación. Es el caso de Rosi, que se ha apuntado a esta actividad para aprender a encaminar al enfermo y darle calor a través del cariño.

El enfermo no es un armario al que hay que lavar, vestir o alimentar, es más que eso, no debemos de olvidar que por encima de todo es una persona, aclaraba la psicóloga. Estos enfermos dependientes necesitan el cariño tanto del cuidador como del familiar que le asista ya que es una de las claves para obstaculizar esta enfermedad en el caso del Alzheimer. A pesar de que no se puede erradicar, sí que se puede impedir el hecho de que se desarrolle más rápido.Otros de los factores que tienen que tener en cuenta los seres queridos es la medicación y las terapias no farmacológicas como la rehabilitación.

Sonia Galloso también nos da los pasos a seguir cuando descubrimos que alguien de nuestro entorno más cercano padece Alzheimer: hay que informarse sobre esta enfermedad, no vale con lo que te diga el médico; acudir a asociaciones para pedir ayuda y consultar dudas; y asumir que nuestro familiar está enfermo y que no pasa nada por el hecho de que sea de tipo mental.

No sólo los enfermos sufren. Los cuidadores también lo hacen en silencio. Se manifiesta en un deterioro paulatino que se va desarrollando a lo largo de los años y que provoca depresión y estrés en muchos casos. Lo esencial es aprender a cuidarse a uno mismo, a separar las tareas del enfermo y las nuestras y aprender a querernos más. Hay que pensar que repercute hasta en el propio enfermo, concluye la especialista.

Este curso para el cuidado de enfermos de Alzheimer se suma a otros que ya ha organizado la Concejalía de Mujer, aunque éste como recalca la propia edil, Clara Heredia, se centra en este campo concreto porque ahora el futuro está en la especialización.

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