El Teatro Romano incorpora audioguías en castellano, inglés y francés

El Museo ha puesto en marcha este servicio, disponible de momento en tres idiomas y al precio de 2 euros, con el objeto de mejorar la atención que se ofrece al visitante individual, que es el más numeroso

El Museo del Teatro Romano de Cartagena, que cerró el año 2013 con 145.000 visitantes, ha puesto en marcha el servicio de audioguías para mejorar la atención al visitante individual, que supone el 71 por ciento del total.

De momento, las audioguías, de manejo sencillo y rápido y con altavoz integrado, están disponibles en tres idiomas, castellano, francés e inglés, y su coste es de 2 euros.

La locución de las audioguías está organizada en 6 puntos del recorrido. Los primeros puntos ayudan al visitante a ubicarse en la historia de la ciudad y en el lugar, el Museo del Teatro Romano, y ya a partir de del punto 3 comienza el recorrido por el Corredor de la Historia y las salas del Museo hasta llegar al Teatro Romano, en el punto 6.

RECORRIENDO LA HISTORIA

El recorrido museístico, que comienza con el Corredor de la Historia, traslada al espectador la evolución urbana del solar del teatro desde el siglo XXI al siglo I a.C., ilustrada tanto con una selección de objetos arqueológicos recuperados en la excavación como con documentación gráfica y audiovisual.

El corredor desemboca directamente en una gran sala de siete metros de altura, que sirve de marco para la exposición de los elementos que configuran la Arquitectura Monumental del Teatro de Cartagena.

En el interior del Museo, la altura de la sala ha permitido recrear el primer orden de la fachada escénica con los elementos originales. Los capiteles corintios labrados en mármol de Carrara reproducen los modelos desarrollados en la arquitectura oficial de la Urbs, en los años que preceden al cambio de Era. Las basas realizadas en el mismo material que los capiteles son de tipo compuesto o doble ático y las columnas son de travertino rosado.

La arquitectura del edificio y la calidad de sus materiales lo convierten en un magnífico exponente de la edilicia pública y monumental de época de Augusto, cuya imagen ataviada con toga y cabeza velada preside la sala como benefactor de la ciudad.

A través de una escalera mecánica se llega a la segunda sala, la de mayores dimensiones del museo. Esta sala permite al visitante adentrase en el conocimiento de las funciones del Teatro en la Antigüedad, pues además de su función lúdica el edifico teatral constituyó el marco arquitectónico perfecto para la propaganda política y religiosa del emperador.

En el edificio, el mensaje inscrito en piedra, y el monumento se funden para cumplir esta misión, como ejemplifican los dinteles conmemorativos que coronaban las puertas de ingreso, expuestos ahora en esta gran sala. Por ello sabemos que el teatro fue dedicado a los dos jóvenes príncipes, Cayo y Lucio César, nietos de Augusto y sus virtuales herederos, quienes además debieron participar en la financiación del edificio y probablemente en la elección de su programa ornamental. Un programa decorativo cargado de mensajes ideológicos entre los que destaca la introducción de los cultos a las divinidades tradicionales del Estado Romano a través de tres altares donde se representan los símbolos de la Triada capitolina, piezas labradas en mármol de Luni de gran excelencia, que presiden la parte central de la sala.

La sala 2 enlaza con el corredor bajo la iglesia Santa María la Vieja, donde se conserva una vivienda romana con mosaico amortizada por la construcción del teatro, así como los muros de aterrazamiento de la iglesia primitiva del siglo XIII y otros restos medievales. Este corredor tiene además una misión fundamental para el arquitecto, la de preparar al visitante para la contemplación que tendrá al final de su recorrido: una visión completa del Teatro, tan magnífica como inesperada.

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