Chucho Valdés protagoniza la segunda jornada del Cartagena Jazz Festival

El músico actuará el viernes en El Batel, homenajeando a su padre el también pianista Bebo Valdés

La segunda sesión del Cartagena Jazz Festival estará protagonizada por uno de los cinco mejores pianistas de jazz del mundo, Chucho Valdés. Acompañado en el concierto por The Afro Cuban Messengers, el pianista cubano hará un homenaje a su padre, el gran Bebo Valdés .

 

El concierto será mañana viernes 8 de noviembre a las 21:30 horas en el Auditorio El Batel. Las entradas cuestan 18, 15 y 10 euros.

 

Las entradas y más información disponible en la web www.jazzcartagena.com

 

Vuelven Chucho Valdés y The Afro-Cuban Messengers con su segunda entrega discográfica, Border-Free, en la que el pianista y compositor cubano rompe las fronteras de los géneros fusionando flamenco, jazz, música árabe, clásica y ritmos comanches y afrocubanos. Un trabajo tan rico y tan variado que hablar de fusión es decir poco. Emocionante y elocuente como pocos, Border-Free alberga recuerdos sobrecogedores a sus padres, Pilar y el gran Bebo, recientemente desaparecidos, y que Chucho homenajeará en su concierto de Cartagena. Border-Free es para Chucho una de sus obras capitales. Parece que para los demás también.

 

Chucho Valdés es uno de los mejores pianistas del mundo y uno de los músicos más importantes e influyentes de la historia contemporánea del jazz latino y afrocubano. A sus 71 años sigue derramando energía y ritmo por cada poro, multiplicando conciertos, giras e innumerables reconocimientos que galardonan su trayectoria entre los que suma 4 Grammy anglosajones y 5 Grammy Latinos. Chucho no tiene límites, se reinventa y utiliza todos sus conocimientos para llegar a la perfección de lo que compone e interpreta.

 

Pianista, compositor, arreglista, docente, director de orquesta, concertista en afamados escenarios, con más de cincuenta grabaciones, doctor honoris causa por prestigiosas universidades -la más reciente, la Berckley School de Boston- , más catorce nominaciones y ocho Grammys justifican la afirmación de que Chucho es maestro en todos los géneros y un músico que ha entrado en la historia de la música cubana con letras de oro.

 

Fue un niño prodigio perteneciente a un estirpe de músicos ilustrados. Sus padres, Bebo Valdés y Pilar Rodríguez, se preocuparon no solo de que su hijo recibiera desde pequeño una exquisita formación clásica, sino de que también escuchara a Chano Pozo, a Chico O'Farril y a todos esos músicos de jazz que iban al Tropicana a tocar con su padre. Chucho estaba tan preparado que Bebo decidió que ya era hora de que formara parte de la Orquesta Sabor de Cuba: tenía solo dieciséis años.

 

En el conservatorio conoció a Paquito D'Rivera; juntos fundaron la Orquesta Cubana de Música Moderna y más tarde un quinteto con el que viajaron a Polonia, al Festival Jamboree. Dave Brubeck los presentó y Chucho apareció por primera vez entre los cinco mejores pianistas del mundo, junto a Bill Evans, Oscar Peterson, Herbie Hancock y Chick Corea. Pero en la mente del pianista rondaba la idea de fusionar el jazz, el rock y el funk con los tambores batá y hasta con los ritmos de la santería: es así es como nace Irakere en 1973 con Paquito D'Rivera, Arturo Sandoval, Carlos Emilio Morales y Carlos Averhoff. Irakere fue a Estados Unidos y dejó admirada a la crítica estadounidense más exigente . Fue el primer grupo cubano que ganó un Grammy, en 1980.

 

Chucho Valdés, además de haber sido fiel a su vocación clásica tocando con las mejores orquestas filarmónicas del mundo, forma parte indiscutible del elenco de los grandes maestros de jazz.  

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