810 gaviotas menos en los últimos cuatro años en los cielos de Cartagena

Las sucesivas campañas de control impiden la colonización de estos ejemplares y en las que la colaboración ciudadana ha sido crucial para localizar durante este año 97 nidos en diferentes azoteas de edificios y cerros de la ciudad 

La colaboración ciudadana ha permitido la localización de 96 nidos, 137 huevos y 61 polluelos de gaviotas de la variedad patiamarilla, dentro de la campaña que contra la proliferación de esta especie en diversas zonas de la ciudad, ha venido desarrollando el Ayuntamiento de Cartagena durante los últimos meses.

Durante esta campaña, que se inició el pasado mes de marzo, se han controlado 211 puntos situados en las azoteas de edificios y colinas, cercanas a la zona del puerto. Muchos de estos puntos correspondían con los que se había localizado la presencia de estas aves en años anteriores y otros con los que han venido señalando los propios ciudadanos, mediante llamadas telefónicas.

 

En total se han multiplicado por ocho los lugares inspeccionados desde que se pusieron en marcha este tipo de campaña en el año 2008.

 

También ha crecido el tratamiento de huevos, inutilizados mediante su pinchado, y ha descendido gracias a ello en número de polluelos retirados con respecto a otros años.

 

A través  a estas campañas, que coordina la concejalía de Sanidad y están dirigidas por dos biólogos, se ha evitado en los últimos cuatro años el nacimiento de 500 unos pollos de gaviota y se han retirado de los nidos otros 310 polluelos ya nacidos. En total unas 810 gaviotas menos, que habrían conolizado en exceso los cielos de Cartagena, especialmente en su zonas colindantes con el puerto y otras más interiores del Ensanche.

 

Los lugares donde más nidos, huevos y polluelos se han retirado han sido el Arsenal Militar, los cerros de San José, Despeñaperros, Parque Torres, Residencia Militar y Campus Universitario en la Muralla del Mar y el Palacio de Justicia.

 

La gaviota patiamarilla es un ejemplar que se adapta muy bien al entorno y que en los últimos años ha colonizado zonas interiores de la costa. Se trata de una especie ruidosa, que vive de restos de comida y basuras y que genera molestias por sus excrementos. Durante la época de anidación, entre marzo y junio, puede resultar agresiva. 

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