Una mirada cultural al pasado arqueológico de Carthago Nova

Este viernes 12 de julio tendrá lugar la segunda salida de la ruta teatralizada, Pasea por Cartahgo Nova con sus personajes, organizada por la Concejalía de Turismo, y cuyo punto de partida será el Museo del Teatro Romano a partir de las 11,30 horas

El tiempo se detiene todos los viernes de julio y agosto en Cartagena durante dos horas para transportarnos al siglo III a.C aproximadamente, cuando Qart Hadasht, rebautizada por los romanos como Carthago Nova, experimenta su etapa de mayor esplendor cultural, económico y social. Convertida en uno de los núcleos urbanos más sobresalientes de Hispania, la ciudad se encuentra inmersa en las construcciones de las edificaciones que siglos después convertirán a esta localidad portuaria en un referente turístico nacional e internacional.

 

Este salto en el tiempo es posible gracias a la ruta teatralizada, Pasea por Carthago Nova con sus personajes, emplazada dentro de la programación de verano de Cartagena Puerto de Culturas, organizada por la Concejalía de Turismo para los meses estivales, con el objetivo de dinamizar el turismo de la ciudad.

 

 

Los cicerones encargados de rememorar ante los visitantes el pasado de esta ciudad romana son Marco y Octavia, miembros de la familia Albino, patrona de Carthago Nova. Así, la primera de las paradas por esta ciudad milenaria comienza en el Teatro Romano mandado a construir por el Emperador Augusto, y que sustituía al anterior de madera.

 

 

Marco relata que una de las preocupaciones de este Emperador, razón que motivó su posterior puesta en marcha, era la sonoridad. Con capacidad para 6.000 espectadores, el Teatro Romano y el Foro se convertían antaño en el punto neurálgico de esta ciudad que mira al mar. Un espacio abierto, salubre y lleno de luz, en palabras de Octavio, al servicio de los paisanos de esta villa.

 

 

Junto con el Teatro Romano, declarado en 1999 Bien de Interés Cultural, y cuyo Museo cumple mañana jueves 11 de julio su quinto aniversario, el Anfiteatro, datado con anterioridad, se perfiló como otras de las grandes construcciones. Y es que, como subraya Marco, la ciudad de Carthago Nova fue tornando su diseño urbanístico para aunar en su paisaje a estas dos importantes edificaciones.

 

 

A la salida de lo que hoy es el Museo del Teatro Romano, en plena Plaza del Ayuntamiento, con las vistas del puerto a un lado, y el emblemático Palacio Consistorial al otro, los visitantes ponen rumbo por las céntricas calles del Casco Antiguo, hacia el Barrio del Foro Romano, otra de las señas de identidad de la riqueza arqueológica de la Cartagena de hoy.

 

 

Oculto durante más de veinte siglos, los visitantes se detienen en la zona del Atrio, dedicada a los banquetes y al culto religioso de dioses como Isis y Serapis. Pero también ante el complejo termal, lugar de reunión por excelencia, compuesto por la sala fría, templada y caliente. Además, durante esta segunda parada, Octavia recuerda durante su alocución la importancia del agua otrora, y que persiste aún más si cabe en la actualidad.

 

 

El broche de oro a esta ruta teatralizada viene protagonizado por la visita a la Casa de la Fortuna, donde permanecen los restos de dos viviendas romanas y una calzada. Algunas de las estancias de la domus son los  dormitorios, el triclinium para los banquetes o el tablinum u oficina.

 

 

La importancia arqueológica de esta casa reside además en las pinturas originales y mosaicos que todavía hoy se conservan, junto con la inscripción Fortuna propitia, o lo que es lo mismo, Buena Suerte.

 

Cuenta además Octavia al término de este primera visita que tuvo lugar el viernes 5 de julio, y como dato anecdótico que, antes el suelo de esta casa romana era de tierra batida, pero que su amigo Vitruvio lo sustituyó por el mortero hidráulico. Es lo mejor y lo recomiendo porque es absorbente y resistente, ante las risas de los componentes de este primer grupo.

 

Este viernes, 12 de julio, se celebrará la segunda de estas rutas teatralizadas por Carthago Nova, a partir de las 11,30 horas, y desde el Museo del Teatro Romano. El precio de la misma es de 12 euros.

 

Marco y Octavia se despiden de sus primeros visitantes refiriéndose a la Cartagena romana como la Roma pequeña, que todavía hoy mantiene en pie los recuerdos de su historia.

 

Este sitio web utiliza cookies para facilitar y mejorar la navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. POLITICA DE COOKIES