La memoria de la Guerra Civil se abre al público en los Refugios de la calle Gisbert

Códigos de espionaje, telégrafos, carteles de los dos bandos, imágenes de la ciudad en los años 30 y la colección de miniaturas con la que un cartagenero ha logrado el Récord Guiness, se muestran estos días dentro del X Aniversario de Puerto de Culturas

Los episodios de la Guerra Civil son la última parada por la historia de Cartagena como broche final del décimo aniversario del consorcio Puerto de Culturas. A partir de mañana y hasta el próximo 13 de enero se muestran al público talleres y exposiciones que recogen todos los entresijos del conflicto bélico y cómo se vivió en nuestra ciudad.

El Museo de los Refugios de la Guerra Civil, en la calle Gisbert, es el centro neurálgico de la exposición inédita Códigos y Espías, que cuenta con piezas cedidas por el Museo Histórico Militar como Heliógrafos, aparatos Morse, taquígrafos, centralitas telefónicas, teléfonos de campaña, un binocular alemán e incluso un reloj avisador de impactos.

Aunque la pieza estrella es la Máquina Enigma, que fue clave en operaciones secretas y descifró códigos que determinaron el desenlace del conflicto, como ha explicado la Concejala de Cultura, Rosario Montero, que esta mañana ha recorrido los Refugios acompañada de la Concejala de Turismo, Carolina Palazón, la gerente de Puerto de Culturas, Agustina Martínez, y el director del Museo Histórico Militar, José Cespedosa.

 

La exposición Códigos y Espías también aborda el tema de las comunicaciones en la Guerra Civil, incluyendo desde los carteles de propaganda de los dos bandos, hasta prensa de la época o aparatos de radio. Cada pieza deja al descubierto anécdotas como los sistemas de escucha instalados por toda la bahía de Cartagena que se activaban al detectar aviones y afectaban a las ondas radiofónicas distorsionando la música de la radio, y advirtiendo a la población de la presencia de aviones.

Un mapa de los refugios también se puede ver en la exposición, que incluye los trece que existían distribuidos por la ciudad desde la Morería hasta el Monte Sacro, la Iglesia de Santa María o el de la calle Gilbert, el de mayor capacidad, para 5.500 personas.

 

Además de las penurias de la Guerra, la exposición es también un retrato de la Cartagena de los años 30 e incluye imágenes de los lugares de ocio, el Ateneo, el Casino o el Club de Regatas.

 

Asimismo recoge la expresión más sincera del conflicto, reflejada en los dibujos de un niño, José María Falgas, pintor murciano que a la edad de siete años dibujaba escenas de la guerra de gran realismo y valor artístico.

 

CINCUENTA AÃ'OS ATESORANDO MINIATURAS PARA LOGRAR EL RÉCORD

Junto a esta exposición, Cartagena Puerto de Culturas ha querido incluir la muestra inédita La Guerra en Miniatura, que recoge 94 modelos a escala de vehículos blindados que forman parte de la colección Carros de Combate y Blindados, propiedad del cartagenero Francisco José Sánchez Abril. Compuesta por más de 2.860 modelos, posee el Récord Guinness como la mayor colección del mundo de estas características. Como él mismo explica, una dedicación que es algo más que una afición para este cartagenero administrador de fincas ahora jubilado.

Entre las piezas únicas se encuentra la miniatura del Mercedes todoterreno que Hitler le regaló a Franco en 1941. Barcos de desembarco, planeadores, o los submarinos suicidas de la II Guerra Mundial, completan la colección que Francisco José Sánchez comenzó a elaborar con 17 años y que ha atesorado durante más de medio siglo para compartirlas ahora con el público.

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