El Ayuntamiento y el Colegio de Abogados renuevan su compromiso contra la violencia doméstica

La alcaldesa y el decano del Colegio han firmado hoy el convenio con el que, desde hace nueve años, colaboran ambas instituciones para el asesoramiento de mujeres que son víctimas de la violencia de género en el municipio 

El Ayuntamiento de Cartagena, a través de la Concejalía de la Mujer, y el Colegio de Abogados de la ciudad, han renovado hoy su compromiso de seguir colaborando, y van ya nueve años, para dar cobertura y asesoramiento jurídico a las mujeres que son víctimas de la violencia doméstica en el municipio.

 

En la firma han estado presentes la alcaldesa, Pilar Barreiro, acompañada por las concejalas responsables del área de Mujer, Rosario Montero y Clara Heredia, y el decano del Colegio de Abogados de Cartagena, José Muelas, y por medio del convenio, el Ayuntamiento subvenciona con 16.542 euros el asesoramiento jurídico por parte de dos letrados del Colegio, que llevarán a cabo en las dependencias de la Concejalía de la Mujer por las mañanas.

 

Esto supone una mejora con respecto al anterior convenio, con un incremento del 20 por ciento en la subvención, que a su vez redunda en más días de atención y, por tanto, más horas.

 

La alcaldesa recordaba que este convenio es pionero, convirtiéndose en germen de lo que luego fueron los centros integrales de atención a la mujer, destacando que a lo largo de 2010, se atendieron 600 consultas a través de este servicio, y en lo que va de año ya se han atendido más de 300.

 

Para José Muelas, el incremento de la subvención es muy significativo, ya que demuestra la gran sensibilidad del Ayuntamiento para que este servicio tan necesario no quede mermado. Hay que tener en cuenta que este convenio es la primera trinchera que hay contra la violencia de género, desde el mismo se interponen las diligencias urgentes que luego permite a las mujeres pasar a tramitación judicial gratuita a través del turno de oficio.

 

Al servicio de asesoramiento jurídico acuden mujeres de todas las edades, niveles culturas y capacidad económica, con lo cual no hay un patrón definido y esto, según Barreiro, dificulta la prevención de la violencia de género por parte de las administraciones. 

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