Graban en Cartagena un documental sobre el hundimiento de Reina Regente

Rememora la vinculación de Cartagena con la mayor tragedia naval registrada en España en tiempos de paz

Un equipo del servicio de vídeo de la Diputación de Cádiz ha estado recientemente en Cartagena para grabar parte de un documental sobre el hundimiento del Reina Regente, que será emitido en televisiones locales andaluzas.

 

Durante su estancia en la ciudad han grabado localizaciones y recursos en el Palacio Consistorial, Museo Naval y Museo de Arqueología Subacuática, donde también se han entrevistado con sus responsables.

 

En el Palacio Consistorial han grabado imágenes del cuadro que preside la escalera principal obra de Ussel de Guimbarda y en el que se rememora el naufragio de este buque de la Armada Española en el que fallecieron a finales del siglo XIX un centenar de marinos de Cartagena y su ámbito de influencia.

 

La alcaldesa, Pilar Barreiro, también ha participado en la grabación del documental explicando la consternación que el luctuoso suceso provocó en la sociedad cartagenera de aquel entonces, que llegó a suspender por primera vez en su historia las procesiones de Semana Santa; así como el recuerdo que mantiene vivo a través de las calles dedicadas en Cartagena y el barrio peral al comandante del barco, Sanz de Andino, y el cuadro del Ussel de Guimbarda, con el escudo de la ciudad con velo negro y la lista de los desaparecidos, en un sitio de honor en el Palacio Consistorial.

 

El naufragio del Reina Regente está considerado como el más trágico de de la historia naval española en tiempos de de paz. Registrado el 9 de marzo de 1895, dejó 420 muertos, muchos de ellos cartageneros.

 

El crucero, cuyo comandante era el capitán de navío Francisco Sanz de Andino y Martí, volvía de Tánger a Cádiz, después de haber llevado a la ciudad marroquí a una delegación diplomática de aquel país, cuando se vio sorprendido en aguas del Estrecho por una tempestad

 

Ya no se supo más de él, ya que no llegó a su destino. Algunos testigos dijeron verlo zozobrar frente a Tarifa, pero nunca llegó a encontrarse ni el pecio ni supervivientes, ni restos del naufragio.

 

Todos los hombres que iban a bordo perecieron. Cuando llegaron a Cartagena las noticias del hundimiento del barco la ciudad quedó consternada, llegando al extremo de suspender las procesiones de Semana Santa de aquel año para las que faltaban tres semanas que fueron de luto total en la ciudad.  

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