Los vecinos de Vista Alegre dedican una plaza a Francisco Abellan Caravaca

El que fuera presidente de la asociación de vecinos de la barriada, fallecido en 2015, recibió ayer jueves un homenaje en la persona de su viuda e hijos, que contó con la presencia de la alcaldesa junto con otros miembros de la corporación municipal

La conocida como Plaza del Pino de Vista Alegre, situada en la confluencia de las calles Mónaco, San José y San Martín de Porres, ya es la Plaza de Francisco Abellán Caravaca, tras el homenaje que ayer jueves rindieron Ayuntamiento y vecinos, en recuerdo al que fuera presidente de la asociación vecinal entre 1999 y 2007, fallecido en 2015. Y lo hicieron nominando este espacio público, en cuyo monolito ya luce una placa conmemorativa.

La alcaldesa, Ana Belén Castejón, presidió un acto en el que también estuvieron los ediles de la corporación municipal Juan Pedro Torralba, Francisco Calderón y Diego Ortega, y el presidente de la Junta Vecinal Municipal de Alumbres, Miguel Garrido. Todos ellos arroparon a la viuda, Juana Balastegui, e hijos de Francisco Abellán Caravaca, Andrés, Lucía y Jesús, que, orgullosos, agradecieron el gesto.

La alcaldesa glosó la figura del homenajeado y su afán de trabajar siempre por su barriada, volcando toda su iniciativa e interés por los problemas y necesidades de los vecinos, consiguiendo evidentes mejoras como el consultorio médico, el parque infantil y la pista polideportiva, dando además empuje administrativo a la construcción del local social del que ahora disfrutan.

Ante esto, señalaba Ana Belén Castejón, la corporación municipal, atendiendo la demanda unánime de los vecinos, ha entendido también que era de justicia reconocer su figura y dejarla como ejemplo para las generaciones futuras de esta barriada. Así, el acuerdo para la nominación de la Plaza de Francisco Abellán Caravaca, fue aprobado en el pleno celebrado el pasado 2 de junio, por unanimidad de los veintisiete concejales que integran la corporación municipal.

El acto de homenaje, que cerró la alcaldesa, tuvo también su momento emotivo y de anécdotas, que corrió a cargo del cura Antonio Bermejo, muy amigo de Francisco Abellán, que bendijo la plaza y a todos los presentes.

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