La tienda de campaña de Asdrúbal

En los años ochenta realizaba mi Tesis Doctoral, sobre el Paleolítico en la costa de Cartagena. Siete años excavando pequeños abrigos, con la ayuda de estudiantes y por supuesto, de especialistas, desde topógrafos a antropólogos, palinólogos, un geólogo, sedimentologa, malacólogo, paleontólogo, dibujantes, fotógrafo…, y un laboratorio de datación. Un verdadero ejército para obtener datos de superficies realmente pequeñas.

Tras varios años pude publicar un libro reuniendo los datos de todos los especialistas. Trabajo lento, pero fructífero. Por ello me extrañó sobremanera que alguien, sin ser especialista, publicara en 2015 un extenso volumen sobre el Palacio de Asdrúbal. El personaje en cuestión, no realizó excavaciones, no estuvo 20 años investigando, no contó con ningún especialista, tan solo visito una parcela en Cartagena, estudió una fotografía aérea y sacó su libro. Un verdadero canto al sol, un disparate.

Detrás tenía un ejército, suponemos que bien intencionado, aplaudiendo el tremendo y monumental descubrimiento. El libro venía con el marchamo de la Real Academia de Historia. Por ello, cuando decidí escribir “Historias de Murcia verdaderas y…, verdaderamente falsas”, me puse en contacto con la Directora de dicha Academia. Me explico que el dislate de aprobar la edición de un libro, como el que nos ocupa, lo cometió otro personaje y que al tomar ella posesión lo puso de patitas en la calle, creando un comité de redacción, para evitar que se colaran “otras gambas” como la del Palacio de Asdrúbal en Cartagena, de Iván Negueruela.

En Cartagena, independientemente del partido político en el poder, tienen claro que su futuro depende del desarrollo del puerto y de la arqueología. Se lucha por el reconocimiento de la ciudad como “Patrimonio de la Humanidad. Cualquier obra a realizar cuenta primero con una excavación arqueológica, con un ejército de buenos arqueólogos que han puesto a Cartagena en el mapa, a nivel europeo, y es de agradecer y aplaudir su trabajo. 

Por ello, llama la atención que el susodicho aprendiz de arqueólogo y sus apoyos, clamen contra la destrucción de una posible tienda de campaña de Asdrúbal, que él califica de palacio e incluso lo reconstruye, no sabemos de qué forma. El colmo es que el dibujo reconstructivo es idéntico a la pirámide de Tajín, construcción pre azteca de México. Por cierto, Asdrúbal solo estuvo cinco años por estas tierras, ¿qué constructor es capaz de hacer algo en ese tiempo?

Ricardo Montes
Doctor en Arqueología e Historia Antigua

Ricardo Montes
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