La nueva estrella del jazz, Lizz Wright, en el Cartagena Jazz Festival

El programa doble de la noche del sábado lo completa el acidjazz de Incognito.

“Sobre todo es su voz, que no se puede describir del puro gozo que produce el escucharla” dice, de Lizz Wright (Estados Unidos, 1980), J.M. García Martínez, crítico musical de El País. Y es que pese a su juventud posee una voz carnosa, emotiva y madura. Nada de adornos, ni vibratos, sólo una voz poderosa y directa. Su ecléctico gusto musical la ha llevado a grabar tres discos, el último The Orchard la ha dado a conocer a todo el mundo. Uno podría cerrar los ojos y verse en el mismo centro de la América negra mientras lo escucha. Compone la mayor parte de sus temas, donde busca la sencillez en sus letras, buscando siempre la emoción. Su padre era predicador y junto a su familia cantaba gospel en la Iglesia. En un concierto homenaje a Billie Holiday se fundó el traje de estrella. Hoy es un valor en alza. La voz del jazz del momento que llega mañana sábado 15 de noviembre al Cartagena Jazz Festival, en un programa doble en el que también participará el gran grupo de acid jazz, Incognito. Las entradas para los dos conciertos 15 Euros.

Nació el 22 de enero de 1980 en Hahira, Georgia. Era la más joven de tres sibilinas cuyo padre era predicador y cuya madre cantaba gospel en sus misas. "He cantado en la iglesia desde que tenía seis años - fui arrastrada a ello", se ríe Lizz. "Mi hermano, mi hermana y yo solíamos cantar como trío cuando mi padre predicaba. Si no estábamos en casa haciendo los deberes estábamos en el coche con nuestros padres yendo a misa o a reuniones diversas". El Instituto Houston County amplió el horizonte musical de Wright. Durante este período también descubrió el jazz a través del programa de jazz de la NPR de Marian McPartland. Después de graduarse en el Instituto se enroló en la Universidad Georgia State en Atlanta.

En el verano de 1998 Lizz se mudó a Macon, 200 millas más al sur. Fue un giro decisivo. "Trabajé durante un tiempo y viví sola. Me di cuenta de lo que quería hacer y por qué quería hacerlo. Muchas noches solía conducir dos horas cada noche para ir a Atlanta y escuchar algo de jazz. Después de un tiempo me encontré siendo parte de las jam sessions". En un año, Creative Loafting, el periódico alternativo de Atlanta, nombró a In The Spirit mejor grupo de jazz de Atlanta y dijo lo siguiente de Lizz Wright: "Wright es realmente una cantante de cantantes. Su tono precioso y su fraseado exquisito... prueban que la señorita Wright podría bien ser la señorita Right (adecuada). Lo tiene todo".

"El descubrimiento de la noche fue Lizz Wright... que ofreció un nivel de espiritualidad que no se encuentra a menudo en los jóvenes músicos de jazz. Wright justificó con soltura la emoción que ha estado generando en el mundo del jazz gracias a sus tiempos tranquilos, interpretaciones sentidas y notas resonantes y graves" - Howard Reich, The Chicago Tribune

Un día puede marcar una gran diferencia. El 11 de julio de 2002, Lizz Wright era otra cantante desconocida en la lista de artistas de un concierto- homenaje a Billie Holiday en el Orchestra Hall de Chicago. 24 horas después nació una estrella gracias a sus interpretaciones de I Cover The Waterfront y Don't Explain. Dejaron al público con lágrimas en los ojos.

Una semana después, en otro homenaje a Holiday en el Hollywood Bowl de Los Ángeles, Wright volvió a adueñarse del espectáculo. "La verdadera sorpresa de la noche", según el veterano crítico de jazz de Los Angeles Times, Don Heckman, fue "Lizz Wright en su debut californiano ofreciendo grandes pruebas de su potencial como nueva estrella y cantante jazz. Esbelta y de ojos oscuros, con un aura de confianza, canta con una madurez articulada que sobrepasa su juventud".

Su debut de 12 canciones para Verve, Salt (2003), fue co-producido por la leyenda de la industria Tommy LaPiuma, el gran batería y compositor Brian Blade y el arreglista Jon Cowherd. La mezcla ecléctica de bases del jazz y el pop, sus propias composiciones (Salt, Blue Rose, Eternity, Fire, Silence) y un tema de Broadway demuestran que tiene un don único marcado por un contralto sólido, fraseado emocionalmente intuitivo y una inclinación por el drama contenido.

La cabeza pensante tras SALT tiene mucha experiencia: El presidente de Verve Tommy LaPiuma le aporta décadas de producción de jazz y pop ganadora del Grammy (George Benson, Miles Davis, Al Jarreau, Diana Krall). Brian Blade ha grabado dos discos en solitario para Blue Note y actualmente graba y toca en directo con Wayne Shorter. Jon Cowherd es teclista y colaborador habitual de Blade. Kenny Banks (el director musical de Atlanta de Wright) toca el piano, el Fender Rhodes y el órgano Hammond B-3. El resto de los músicos de apoyo (Blade, el pianista Danilo Pérez, el saxofonista Chris Potter y el percusionista Jeff Haynes) son parte de lo mejor de los músicos jóvenes de hoy en día. "Toda esta gente tan espectacular trajo todo lo que tenían que dar lo cual fue una experiencia inspiradora", recuerda Wright. "Es realmente mágico cuando piensas en ello".

Así en 2005 publica su segundo disco para Verve, Dreaming Wide Awake, un álbum en el que Lizz canta canciones que antes interpretasen Neil Young, Fats Waller, The Beatles, Madonna, Herb Alpert, el inclasificable Joe Henry o Devendra Banhart, compone también temas propios y colabora con otros compositores. 'The Orchard', el nuevo disco de Lizz Wright es su tercer trabajo para Verve, una elegante mezcla de jazz y canción americana, que suena a clásico en la voz de esta artista. Es el disco que la trae a Cartagena.

Tras Wright será el turno de Incógnito, el proyecto liderado por Jean-Paul Maunick (Reino Unido, 1957), conocido también como Bluey. Forma parte del quinteto de imprescindibles del acid jazz (junto a Jamiroquai, The Brand New Heavies, Corduroy y The James Taylor Quartet), estilo del que es un referente ineludible y que ha contribuido a definir y a popularizar. Su música es, por tanto, una fusión de jazz, funk, soul, disco, bossa/samba, house y ritmos dance. Aunque las bases de algunos temas utilizan bases electrónica de house, es la suya una propuesta fundamentalmente acústica, perfecta para los amantes de la música negra con reminiscencias de los 70 pero con la modernidad de la música de baile de principios de los 90. Posiblemente es el grupo perfecto para quien quiera introducirse en el acid jazz, o para quien ya sea amante convencido del estilo. Sus discos son considerados como obras maestras del acid jazz y de la música negra en general.

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