Restauradas seis obras de la Iglesia de la Caridad, de Cartagena, y un óleo de Gaya

El director de Bellas Artes y Bienes Culturales ha hecho hoy entrega de las piezas, entre las que destacan dos esculturas del genovés Maragliano El coste total de la intervención practicada ascien

El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, acompañado por el director del Centro de Conservación y Restauración de la Comunidad Autónoma, Francisco López Soldevila, ha entregado esta mañana dos tallas y cuatro lienzos, de los siglos XVII y XVIII, pertenecientes a la Iglesia de la Caridad, de Cartagena, y un óleo de Ramón Gaya que se exhibe en la Asamblea Regional.

Ujaldón indicó que la restauración de las obras de la Iglesia de la Caridad “responde al interés de la Consejería de Cultura, Juventud y Deportes por recuperar progresivamente todo el rico patrimonio artístico mueble que alberga el templo de la Patrona de Cartagena y el Santo Hospital de Caridad”.

Prueba de la importancia de este patrimonio la constituyen las esculturas de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua, que se conservan habitualmente en la Capilla de las Ánimas de dicho templo, y que venían siendo catalogadas como obra anónima de incierto origen. Gracias al estudio interdisciplinar desarrollado durante el proceso de restauración se ha podido determinar la autoría del importante escultor genovés Antón María Maragliano (1664-1739) o su taller, testimoniando una vez más las fructíferas relaciones comerciales y artísticas de Génova y Nápoles con Cartagena. Para poder realizar esta atribución, se ha sometido a las esculturas a un completo estudio de analítica estratigráfica y radiológica, comparando los resultados con obras gaditanas del mismo autor, así como con la imaginería de Maragliano existente en la propia ciudad de Génova.

El resto de obras restauradas para la iglesia de la Caridad son piezas pictóricas: el interesante “Martirio de San Lorenzo”, del pintor riojano Diego de Leyva (1580-1637), inspirado en composiciones de Tiziano; el lienzo de “La Piedad o El Señor en el sepulcro”, obra barroca del XVIII de gran formato; y dos interesantes lienzos de la Inmaculada Concepción, uno de ellos, de inspiración murillesca en cuanto a su composición e interesante pincelada muy suelta, fechable hacia 1761, y el otro, lienzo ovalado recortado, relacionable con la producción de Pablo Pedemonte, pintor italiano activo en Murcia desde 1755, y que bien pudiera proceder del antiguo convento dominico o del de la Merced.

El lienzo de Ramón Gaya pertenece al patrimonio de la Comunidad Autónoma y se encuentra depositado en la Asamblea Regional. El tema del bodegón, representado en el óleo restaurado, fue de los más recurrentes en toda su producción, utilizado como soporte de múltiples homenajes y sutiles alusiones tanto a la herencia de la historia del arte como a la literatura o las vivencias personales.

El director del centro de Restauración, Francisco López Soldevila, explicó que el estado general de las obras de la Caridad era deficiente, pues tanto las dos esculturas como los cuatro lienzos presentaban mucha suciedad acumulada (polvo, humos, defecaciones de insectos) además de barnices y aceites muy oxidados. Las dos esculturas tenían pérdidas de soporte, ataques de xilófagos, desencoladuras y roces y golpes en la policromía. Los lienzos, intervenidos la mayoría anteriormente, han sido sometidos a procesos completos de restauración. Se encontraban con barnices oxidados, repintes, forraciones realizadas con engrudo de gacha, rotos y pérdidas de color.

Por otro lado, el Bodegón de Ramón Gaya de la Asamblea presentaba un estado de conservación muy deficiente, pese a ser una obra realizada en el siglo pasado. La mala calidad de los materiales empleados, tanto óleos como soporte, han favorecido la aparición de craquelados prematuros con pérdida del color en muchas zonas, coincidiendo con determinados pigmentos más inestables. Además, presentaba una película de suciedad constituida por polvo y contaminación.

La intervención restauradora en las esculturas ha consistido en desinsectación, sentado de color de policromías, limpieza mecánica y química, arreglo de desencoladuras y grietas, estucado de carencias, reintegración cromática, resanado de oro fino, dorado de peanas y protección final.

En el caso de las pinturas, limpieza mecánica y química, sentado de color, eliminación de antiguas forraciones y nueva forración, estucado de carencias, reintegración cromática y protección final.

En el proceso de restauración de las siete obras se ha invertido la cantidad de 58.000 euros.

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