Dos Madres Perfectas, en el ciclo de cine del Nuevo Teatro Circo

La película protagonizada por Naomi Watts y Robin Wright se podrá ver este martes, en dos pases a las 18,00 y 21,00 yhoras, con entradas a 4 y 3 euros

Este martes 2 de diciembre es el turno de la película australiana Dos madres perfectas, basada en una novela de Doris Lessing, en el ciclo El cine vuelve al centro del Nuevo Teatro Circo de Cartagena.

Protagonizada por Naomi Watts y Robin Wright la película es una historia que mezcla amor, lujuria y amistad. Narra la apasionada relación de Lil y Roz, dos amigas de la infancia que se enamoran cada una del hijo de la otra.

Habrá dos pases a las 18,00 y 21,00 horas. Entradas a 4 y 3 euros.

Dos madres perfectas (Adore en su versión original) es la primera película en habla inglesa de su directora, Anne Fontaine, de quien hemos visto por estos lares películas como Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel (Coco Avant Chanel, 2009). Se fue a Australia a filmar su primera película en inglés, contando para ello con Naomi Watts, quien tiene uno de los dos papeles protagonistas.

El guión corre a cargo de la propia directora, y también del en otros tiempos prestigioso Christopher Hampton, habitual durante años de Stephen Frears, sobre todo en la famosa Las amistades peligrosas (Dangerous Liaisons, 1988), con la que la presente guarda algunas conexiones. Un guión que incide en las relaciones personales y amorosas de forma directa, sincera y sin ningún tipo de rubor o prejuicio.

La película se atreve con la historia de dos mujeres maduras, amigas desde tiempos remotos, que viven con sus respectivos hijos, amigos también desde que nacieron, y de los cuales se enamoran ambas. Lil (Naomi Watts) se enamora del hijo de Roz (Robin Wright) y viceversa, dado lugar a todo tipo de situaciones en un mundo que no está preparado para gente con la mentalidad tan abierta.

Dos madres perfectas es un vehículo para el lucimiento de dos de las mejores actrices del actual panorama cinematográfico. Naomi Watts y Robin Wright, ésta ya despojada del apellido Penn, se dejan la piel en sus personajes, mostrando un feeling fuera de lo común; dos personajes difíciles por la situación, pero perfectamente matizados por dos actrices en estado de gracia. La belleza de los paisajes costeros australianos sirve de fondo a la seriedad de la premisa.

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