Dos abuelos centenarios homenajeados en el Día Internacional de las Personas Mayores

Isabel Carmona Clemente y Ladislao Fernández Arroyo, que cumplen 100 años, recibieron una mención especial de manos del concejal de Atención Social durante el acto celebrado el viernes en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy

El salón de actos del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy se llenó de familiares y amigos para agasajar a los mayores del municipio en el Día Internacional de las Personas Mayores que se celebró el pasado viernes 30 de septiembre. Al acto institucional asistió el concejal de Atención Social, Antonio Calderón, acompañado por cerca de trescientos mayores de los clubes del municipio que no quisieron perderse el homenaje a sus vecinos que este año entraban en el centenario.

 

El homenaje se rindió a Isabel Carmona Clemente, nacida el día 14 de julio de 1911 en Vizcaya, pero afincada en Cartagena y actualmente en la Residencia de Care; y Ladislao Fernández Arroyo, nacido el 17 de octubre de 1.911 en Salamanca pero igualmente afincado en Cartagena desde la guerra civil donde se enamoró y construyó una familia y trabajó muy vinculado a la vida comercial de la ciudad.

 

En el acto institucional también se homenajeó a los voluntarios mayores de 65 años que han estado colaborando a lo largo de todo el año con el Baúl de la Experiencia y el Programa de Acompañamiento de Personas Mayores y, con una mención especial a los nuevos voluntarios del Baúl de la Experiencia para este curso: Pedro García Romero, que realizó el curso de Pintura para mayores; y José Antonio Pérez González, que impartió el curso de Iniciación a la Informática para mayores, y de Iniciación a los bastones de senderismo para mayores.

La actuación del Trío Romanza puso el punto y final a la celebración de este evento que recuerda cada año a nuestros mayores.

 

El Día Internacional de las Personas Mayores se celebró también con otras actividades a lo largo del día organizadas por la concejalía de Atención Social. Durante la mañana se realizó una jornada de puertas abiertas en los centros museísticos de Cartagena, Puerto de Culturas en la que participaron 400 personas que accedieron gratis al Ascensor Panorámico, el Castillo de la Concepción, la Casa de la Fortuna, la Muralla Púnica y el Decumano.

 

Los dos mayores centenarios que recibieron el merecido tributo son:

 

ISABEL CARMONA CLEMENTE:

 

Nacida el día 14 de julio de 1911, en Basauri, Vizcaya. Es la tercera de 10 hermanos. Casada con José Lozano, residió en Paris, Madrid y Barcelona, cruzó con su marido el océano para llegar a Brasil, donde pasó sus mejores años, llenos de bienestar y felicidad, de estos años en la tierra del Pan de Azúcar le viene el sobre nombre de Isabel La Brasileña. En 1990, ya fallecido su esposo decide volver a España, buscando una residencia en el sur y llegó a la ciudad de Cartagena y se instaló en la Residencia de Fuente Cubas y en la actualidad en la Residencia Geriátrica de Care.

 

Isabel goza de una buena memoria, tiene sentido del humor según las personas que la conocen, así como educada, agradecida y elegante, le encanta tomar café a cualquier hora del día, lo paladea y cierra un poco los ojos imaginando que viene de un buen tostadero brasileño.

 

Aunque su familia está lejos, la llaman con mucha frecuencia, cuando pueden vienen a visitarla, la quieren mucho, porque ella se hace querer. Isabel es un ejemplo de mujer, por su valentía, por el trazo de su camino con paso firme a lo largo de su vida. Isabel está llena de las etapas vividas, pero todas ellas, llenas de sabiduría y experiencia, ésta magnifica mujer sigue disfrutando de la vida en sus paseos con su silla de ruedas en la ciudad que ella decidió residir.

 

LADISLAO FERNÁNDEZ ARROYO:

 

Nacido el 17 de octubre de 1.911. La vida de Ladislao se inicia en un pueblecito de Salamanca, llamado Gallegos de Armañan muy cerca de Ciudad Rodrigo. Desde muy joven se incorpora al ejército de tierra, esto sucedía en los días previos a la guerra civil, en la guerra le correspondió la zona Nacional, destinado en varios frentes, siendo enviado al termino de la misma a la ciudad de Cartagena y al cuartel de España 18, en la actualidad Universidad Politécnica de Cartagena, esto sucedía en el año 1939.Ya no dejaría la ciudad departamental, se enamora de esta ciudad y se queda con nosotros, por su dotes personales consigue el grado de sargento y se licencia por los años 50, es en Cartagena donde fija su residencia y en donde encontró su media naranja, Encarnación del Olmo García, con la que contrajo matrimonio y fruto del mismo nació su hijo Eustaquio y tres magníficos nietos.

 

Cuando se licencia de la vida militar y pasa a la civil, se convierte en un pequeño comerciante de ultramarinos, abriendo una tienda en la media legua. Por sus cualidades humanitarias y por la encase de la época se ve obligado al cierre de la misma, iniciando un nuevo negocio, esta vez de hostelería, que sería ya un referente en la ciudad hasta su jubilación. Quién no recuerda al Bar Los Tune de la calle del Parque, donde Ladislao y Encarnita nos deleitaban con sus típica tapas y su esmerado trato a los clientes de una época. Ladislao pertenece a la generación de esa Cartagena que se nos fué, la del siglo XX, su establecimiento Bar - Bodega Los Tune era un punto de encuentro y de tertulia de Toros, porque nuestro hombre es un gran aficionado a la Tauromaquia como se llama ahora, antes era hablar de Toros.

 

Amante de todo los que fuera de Cartagena y en especial su Semana Mayor, que siempre le traía de cabeza, por el trabajo de sus hermanos cofrades de la Agrupación de la Santísima Virgen del Amor Hermoso, con todo su cariño cada Domingo de Resurrección, los Portapasos de la Virgen tenían una parada obligatoria en el Bar Los Tunes, donde las buenas y excelente persona compuestas por el matrimonio de Ladislao y Encarnita siempre esperaban la visita de estos cofrades, de aquellos años el homenaje de la Cofradía del Resucitado hacia Ladislao en su jubilación, un gran cuadro de la Virgen del Amor Hermoso y una dedicatoria de cariño y afecto que recibió nuestro gran hombre.

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