Investigadores de la UPCT afirman que la aplicación de turboexpanders en gasoductos generaría electricidad sin impacto ambiental

La eficiencia energética es una cuestión que preocupa mucho al doctor por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Ginés Delgado, que hace unos años decidió poner en práctica toda su experiencia laboral para dar forma a una tesis doctoral sobre la aplicación de turboexpanders para generación de electricidad.

El turboexpander es una tecnología que permite mejorar la eficiencia energética del transporte aprovechando los saltos de presión antes del consumo del gas natural. “Igual que en la naturaleza fluye el agua de los ríos y se aprovecha en las centrales hidráulicas, se puede aprovechar la energía del gas que fluye por las tuberías, en vez de consumirla en las válvulas de regulación de presión”, asegura el investigador.

Tanto él como su directora de tesis, Ana Nieto, explican que esta tecnología tiene un efecto multiplicativo a gran escala que aportaría soluciones al problema de la creciente demanda energética y también resolvería las consecuencias medioambientales que se derivan de su generación y transporte. En este sentido, creen que la utilización de turboexpanders serviría para suministrar el 2% de la energía eléctrica mundial si se aprovechara esa situación y se dejarían de emitir el 0,36% de CO2 a la atmósfera.

Se trata de equipos para reducir la presión y generar energía eléctrica aprovechando los distintos saltos que se producen a lo largo del sistema gasista. “En España fluye por los gasoductos una cantidad de energía equivalente a una central eléctrica de unos 300 Mwh”, afirma Nieto.

A nivel mundial el gas natural representa el 25% de toda la energía que se consume y en unos años esa cifra ascenderá al 30%. “Hemos calculado que con los flujos que se generan a nivel internacional, se pueden generar hasta 300 Twh (Terawatios/hora) al año, si se instalara masivamente el turboexpander. Esta energía es un poco más de la que consume un país como España en todo un año”, apuntan.

Actualmente en España, esta tecnología está muy poco implantada, y es la empresa  Enagás la que de forma pionera la instaló recientemente en la planta que tiene en Barcelona y emplean la energía para autoabastecerse. No obstante, apuestan por implantarla en plantas de generación eléctrica de ciclo combinado como las que hay instaladas en el Valle de Escombreras ya que tienen las condiciones y sinergias que más optimizan la inversión comparadas con otros clientes industriales. Aseguran que al menos 10 de los más de 50 ciclos en España disponen de las características para rentabilizar en un par de años la inversión que tuvieran que hacer (1 MM€/Mw). “El resto de la flota de centrales eléctricas tardaría entre 5 a 10 años en recuperar la inversión con el actual régimen de operación”.

Este sitio web utiliza cookies para facilitar y mejorar la navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. POLITICA DE COOKIES