El AVE llegará a Cartagena en 2021 con la alternativa más rápida

La conexión a la red de Alta Velocidad será en superficie a la estación Víctor Beltrí, tal y como se acordó en la última reunión de diciembre de 2016 entre las tres administraciones

La llegada del AVE supondrá una inversión de 87 millones de euros

El Consejo de Administración de la sociedad Cartagena Alta Velocidad S.A., ha respaldado hoy la alternativa que garantiza la finalización de las obras para la llegada del AVE en 2021 a la estación actual de Víctor Beltrí, ratificando el acuerdo que se alcanzó en la última reunión de diciembre de 2016 entre las tres administraciones. En paralelo, se efectuarán los trabajos que culminarán la integración urbana de la Alta Velocidad en el primer trimestre de 2022.

Se ha elegido el proyecto de integración que acortaba más los plazos para la conexión de Cartagena a la red de Alta Velocidad, que supondrá una inversión de 87 millones de euros, que será financiada por el Ministerio de Fomento, la Comunidad y el Ayuntamiento de Cartagena.

En el Consejo de Administración de Cartagena Alta Velocidad, presidido por el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar, se han expuesto las distintas alternativas, con sus plazos y presupuesto, para la llegada del AVE y su integración del ferrocarril.

Esta alternativa, que ha salido adelante con los votos a favor del Estado y del Gobierno regional, "es la más solvente, segura y rápida para la llegada de la Alta Velocidad a Cartagena", mientras que la que ha defendido el Ayuntamiento está condicionada a El Hondón, puesto que requiere abordar un proyecto de descontaminación previo de los suelos, que "demoraría sine die la llegada del AVE, ya que plantea una serie de dificultades e incertidumbres importantes".

El consejero de Fomento e Infraestructuras, Patricio Valverde, resaltó "la firme apuesta del Gobierno regional por la alternativa que permita conectar cuanto antes y de la mejor manera posible Cartagena a la red de Alta Velocidad".

Valverde señaló que el Consejo de Administración "ha elegido el mejor proyecto que da respuesta a las necesidades de los cartageneros", ya que garantiza la permeabilidad adecuada a las necesidades urbanas futuras de la ciudad, el tráfico rodado y de las personas y el soterramiento de la A-30. Y, además, es compatible con la planificación de un futuro soterramiento.

Este proyecto incluye la remodelación y ampliación del actual edificio de viajeros y la adaptación de la playa de vías para atender a los tráficos de la alta velocidad.

La llegada del AVE a Cartagena será financiada por las tres administraciones, en proporción a los porcentajes de participación en la sociedad. De este modo, el Ministerio de Fomento aportará 66,15 millones, el Gobierno regional destinaría 10,85 millones y el Ayuntamiento de Cartagena, 10 millones.

"Hemos perdido demasiado tiempo en definir cómo tiene que llegar el AVE a Cartagena como consecuencia de la inestabilidad política en la ciudad, que ha generado retrasos en los plazos previstos para unir la ciudad a la red de Alta Velocidad", destacó el consejero, quien añadió que "el resto de las opciones planteadas están condicionadas a la descontaminación previa de los terrenos, lo que supone retrasar 'sine die' la llegada del AVE a Cartagena".

Importantes dificultades

El consejero destacó que "el Gobierno regional no renuncia al proyecto de soterramiento de las vías en Cartagena, si bien no podemos demorar aún más la llegada de la alta velocidad por la descontaminación de los terrenos", que sería la segunda actuación más importante de España, tras la del polo químico de Huelva.

La alternativa del soterramiento plantea una serie de dificultades. Por un lado, supondría abordar un proyecto de descontaminación que dilataría de manera importante los plazos de planificación y ejecución de las obras y que no están incluidos en esta alternativa, por lo que habría que añadirlos a los 76 meses. En segundo lugar, requiere un estudio previo de caracterización del proceso de descontaminación, cuyo resultado es incierto. Y por último, habría que añadir un notable coste económico, que no está incluido en la valoración, que asciende a unos 163 millones de euros.

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