La exposición ´20 años sin José María Párraga´ llega ampliada al Muram de Cartagena

A través de más de medio centenar de obras, la muestra refleja la variedad de formatos empleada por el creador a lo largo de su carrera

El Museo Regional de Arte Moderno de Cartagena (Muram) acoge desde hoy y hasta el mes de septiembre la exposición '20 años sin José María Párraga. El extraño pintor', que ya se pudo ver en el Museo de Bellas Artes de Murcia y que ahora llega a la ciudad portuaria con una decena de obras más. La inauguración será esta tarde, a las 20:00 horas.

Para conmemorar el reciente veinte aniversario del fallecimiento del pintor, el Muram reúne medio centenar de obras realizadas por Párraga desde los años 50 hasta mediados de los 90. Unas piezas que, según explicó el director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, "responden a 35 técnicas artísticas distintas, mostrándose así al público la riqueza y variedad de formatos que empleó Párraga a lo largo de su carrera y dando cuenta de su interés por investigar con los diferentes materiales que tenía a su alcance, aunque se tratara de una servilleta o una tapa de barril".

Lorca señaló que "desde la Consejería de Turismo y Cultura trabajamos para diversificar y descentralizar la cultura y, por ello, esta exposición dedicada a uno de los grandes artistas de la Región ha viajado de Murcia a Cartagena, las dos ciudades que más marcaron a Párraga, cartagenero de nacimiento y residente en Murcia".

En el Muram, un documental repasa la obra mural de Párraga y entre las creaciones expuestas destaca, por ejemplo, la vidriera de la Imprenta Belmar (265 x 240), realizada por José María Párraga a finales de los años 70 con laca de bombillas sobre vidrio y expuesta a la entrada del museo.

Ceras, rotuladores, carboncillo, betún, barniz, esmalte, tinta aplicada con rodillo y espátula, además de otras técnicas como guache, aguafuertes, pirograbados y collages sirven al artista para dar forma a bodegones, huertanos, toreros, bailarinas, músicos, gatos y peces, así como para inmortalizar besos e incluso la fachada de la catedral. Todo ello sobre dispares soportes como el papel, cartón, cerámica, azulejos, puertas de armario e incluso servilletas, una caja de sardinas y la tapa de un barril.

En esta exposición, añadió el director general, "tenemos la oportunidad de ver obras que no se exponen de forma habitual, ya que algunas de ellas han sido cedidas para este proyecto por particulares y por familiares. Son obras que evidencian que fue creador de un lenguaje único que pervive".

El Muram, donde también se puede ver 'Pasiones', de Torregar, y la colectiva ¡Japan now!, permanece abierto de martes a viernes, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; los sábados, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, y los domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 horas. En la web www.museosregionademurcia.es se puede obtener información y está disponible el catálogo de la muestra (en inglés y en español), también con audio-guía.

Trayectoria

José María Párraga (Alumbres, 1937 Murcia, 1997) comenzó a estudiar Magisterio en 1951, compaginándolo con la Escuela de Artes y Oficios, donde recibió clases de Almela Costa, Luis Garay, Clemente Cantos y Mariano Ballester. Vivió en Madrid y, posteriormente, viajó a Holanda y Francia, donde tomó contacto con la obra de los postimpresionistas, lo que marcó considerablemente su obra.

En 1955, empezó a trabajar de maestro profesión que abandonó y al año siguiente realizó su primera exposición individual. En 1964, participó en la fundación del grupo AUNAR junto a los pintores Manuel Avellaneda y Aurelio y los escultores Elisa Séiquer, Hernández Cano, Francisco Toledo y José Toledo, impulsando la renovación en el panorama artístico murciano.

A lo largo de su extensa carrera, Párraga empleó diversas técnicas como el dibujo y el pirograbado, realizando también murales e incluso ilustraciones en prensa. Sus primeras obras son figurativas, pero ya mostraba una cierta deformación o alargamiento. A partir de 1959, comenzó a experimentar con el collage y con técnicas próximas a las artes gráficas y, en torno a 1968, se deja ver la influencia de Picasso y Klee. En los 80, una crisis emocional se reflejó en su obra, pero en la década siguiente recuperó de nuevo sus trazados curvos y sinuosos, incorporando además el color.

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